El tiempo no pasa en balde, y una década después, Oliverio (Darío Grandinetti) sigue sin encontrar a la mujer que pueda volar al hacer el amor y con quien pueda vivir libre de compromisos. A sus 40 años, el poeta no puede más que extrañar a Ana (Sandra Ballesteros), así que viaja a Barcelona a buscarla, hallando que el tiempo lo cambia todo, pero también encontrando en la equilibrista-poetisa Alejandra (Ariadna Gil) que no todo está perdido.
En 1991, "El Lado Oscuro del Corazón" tuvo el mérito de anidar perenne en el corazón cinéfilo, con todo y ser una crónica narrada con tintes de realismo mágico (con la Muerte enamorada de él, interpretada por Nacha Guevara, y pláticas con sus personalidades múltiples), anécdota en torno a un errabundo poeta que disfraza su machismo a ultranza tras la máscara de la poesía no siempre sutil con la que encantaba (y encamaba) a sus furtivas amantes de ocasión, dando como resultado el filme argentino más conocido fuera de sus fronteras y dando a conocer en otras latitudes el talento de su realizador, Eliseo Subiela.
Aquella metáfora sobre el treintón inseguro que sólo ve por su propio placer y huye ante cualquier indicio de compromiso, sin importarle siquiera un poco lo que piense o sienta cuanta mujer ensabana, fue un filme redondo con un final que terminaba por reconocer el valor de la mujer pensante e independiente al darle una cucharada de su propio chocolate a Oliverio a través de Ana, una prostituta con la que por fin el milagro del vuelo se produce, y quien termina por tirarlo al foso sin fondo de la cama del poeta, igual que él lo hizo antes con tantas mujeres.
La lección estaba más que entendida, y funcionó perfectamente en su momento, por lo cual el retomar en "El Lado Oscuro del Corazón 2" a un Oliverio ahora cuarentón pero que parece no haber aprendido nada durante una década, resulta incomprensible. Lo único que le interesa, para no variar, es él mismo, frustrado de hacerse viejo sin encontrar la felicidad (obviamente bajo sus egoístas reglas) a pesar de conocer de vez en cuando compañera de vuelo de éxtasis amoroso.
Así las cosas, y aunque se intente recrear la honesta magia de la original, la secuela recurre a situaciones como presentar como si fuera fenómeno de circo a una amante conocida como "La Anguila", capaz de encender con su pasión un foco entre las manos, o bien darle un nuevo compañero a Oliverio, el Tiempo, un motociclista cuyo rostro permanece oculto por un negro casco, amigo de la Muerte y quien le recuerda el inexorable paso de los años ociosos, así como toparse con que Alejandra, su nuevo objeto amoroso, tiene a su propia y españolísima Muerte (Manuel Bandera), o como ella le dice, el Muerte.
Duele reconocerlo, pero "El Lado Oscuro del Corazón 2" decepciona al no ir más allá de parecer una parodia del querido filme original, sobre todo cuando Subiela intenta demostrar que (como dice la canción) "lo que fue no será" al calcar aquella inolvidable escena en la que Oliverio cargaba en brazos a Ana y de un tumbo tiraban la puerta para amarse desenfrenadamente, sólo que en esta ocasión la puerta no abre por más empellones que le den, convirtiendo la intención en una mera gracejada paródica.
(Argentina-España, 2001) Dirección: Eliseo Subiela. Guión: Eliseo Subiela Fotografía: Teo Delgado Música: Osvaldo Montes Actúan: Ariadna Gil, Darío Grandinetti, Sandra Ballesteros, Nacha Guevara, Carolina Peleritti y Manuel Bandera, entre otros. Duración: 112 minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario